“No dejaremos que la derecha fascista ensucie la memoria de Allende”: el encendido debut presidencial de Jeannette Jara

 


Apenas unas horas después de presentar su renuncia al Ministerio del Trabajo, Jeannette Jara no buscó resguardarse tras discursos técnicos ni despedidas protocolares. Su primera declaración pública marcó, sin matices, el tono de su nuevo camino político: “No dejaremos que la derecha fascista siga ensuciando la memoria del presidente Salvador Allende”, lanzó, en un acto simbólico cargado de contenido político.

Con esa frase, pronunciada frente a la estatua de Salvador Allende en el Cementerio General mientras depositaba flores rojas a sus pies, la exministra inició su candidatura presidencial respaldada por el Partido Comunista. Un gesto que no fue solo homenaje, sino también advertencia: su campaña no buscará los consensos vacíos, sino que se construirá desde una trinchera ideológica clara, con la figura de Allende como faro y escudo.

Un gesto cargado de historia

Jara no improvisó. Eligió con precisión el escenario y el momento. La estatua de Allende, el mismo día de su renuncia, y el discurso encendido en contra de lo que ella llama “la ofensiva revisionista de la derecha chilena”, que —según afirma— busca blanquear la dictadura y demonizar a la izquierda histórica.

“El mismo sector político que justifica golpes de Estado y pactos de silencio no tiene autoridad moral para hablar de democracia”, agregó Jara ante un grupo de adherentes y dirigentes sindicales, marcando de inmediato la línea divisoria entre su proyecto político y el de sus eventuales adversarios.

Campaña con identidad comunista

La candidatura de Jeannette Jara no será una campaña de matices ni de eufemismos. El Partido Comunista la respalda con convicción y la proyecta como la heredera política de una izquierda que no reniega de sus raíces, sino que las reivindica. En un escenario político fragmentado, Jara representa una apuesta por la claridad ideológica frente al pragmatismo vacío.

Con el respaldo de organizaciones sociales, territoriales y sindicales, y con un discurso que apela al Chile profundo, Jara se presenta como una figura que no solo busca gobernar, sino también disputar el relato histórico que la derecha —según denuncia— ha intentado manipular.

“Con Allende en el corazón y el pueblo en la calle”, fue otra de sus frases, que se escuchó esa mañana en el Cementerio General, y que ya comienza a circular como consigna entre quienes ven en ella una alternativa real y coherente para el Chile que viene.


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