Escuelas de Quilacahuín Sin Clases por Falta de Agua: Crisis por Deudas de la Municipalidad de San Pablo
La comunidad escolar de la escuela de Quilacahuín, en la comuna de San Pablo, enfrenta una preocupante situación que ha dejado a cientos de niños sin poder asistir a clases. Desde hace varios días, el establecimiento no ha podido impartir educación debido a la falta de suministro de agua, un recurso esencial para su funcionamiento.
El conflicto tiene su origen en la suspensión de la entrega de agua por parte de los camiones aljibe que habitualmente abastecen a la escuela. La empresa sanitaria Suralis, responsable de proveer el agua, decidió prohibir la entrega del recurso a la municipalidad de San Pablo, debido a una abultada deuda impaga que la administración local mantiene con la compañía.
Deuda Municipal y Crisis en los Servicios Básicos
Este proveedor se suma a la creciente lista de empresas que han demandado a la municipalidad de San Pablo por servicios impagos. Entre ellas se encuentran proveedores de luz, materiales escolares y ahora, el suministro de agua, lo que agrava la crisis financiera que enfrenta la administración local.
La decisión de Suralis de cortar el suministro afecta directamente a la comunidad educativa de Quilacahuín, que depende del agua no solo para el consumo diario, sino también para el correcto funcionamiento de baños, cocina y otras necesidades esenciales del colegio. Sin este recurso, la escuela ha tenido que suspender indefinidamente las clases, lo que ha dejado a cientos de niños de la comuna sin recibir su educación.
Un Problema Sin Solución a la Vista
Hasta el momento, las autoridades municipales no han entregado una solución concreta ni han logrado resolver el conflicto con la empresa sanitaria. La falta de agua no solo impacta en la educación de los menores, sino que también genera preocupación en la comunidad por la continuidad de los servicios en otras áreas críticas de San Pablo.
La comunidad de Quilacahuín exige una pronta solución para que los estudiantes puedan retomar sus clases y no vean interrumpido su proceso educativo. Mientras tanto, el conflicto por las deudas sigue sin resolverse, y la incertidumbre continúa afectando a las familias de la zona.