Experta explica cómo la marihuana daña el cerebro de los escolares en Chile: "Están siendo engañados"
Estudios recientes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile han revelado que el consumo de marihuana (Cannabis sativa) está causando daños en el cerebro de los escolares chilenos, afectando funciones clave para el aprendizaje.
Anneliese Dörr, Doctora en Psicología y académica del Departamento de Psiquiatría Oriente de la Universidad de Chile, ha investigado por más de 30 años los efectos del consumo de cannabis en los jóvenes. En conversación con BiobioChile, explicó cómo este hábito puede interferir con el desarrollo académico y el futuro de los adolescentes.
Un estudio reciente del Campus Médico de la Universidad de Colorado Anschutz, publicado en JAMA Network Open, respalda esta preocupación. Los resultados indicaron que el consumo frecuente de marihuana deteriora la memoria de trabajo, una función esencial para la toma de decisiones, la seguridad, la comunicación y el éxito laboral. Además, no se pudo determinar si esta función puede recuperarse tras una abstinencia prolongada.
Impacto en la memoria y funciones cognitivas
La memoria de trabajo es un sistema que retiene y manipula información temporalmente. La investigación analizó a 1.003 adultos jóvenes (entre 22 y 37 años) y encontró que quienes consumieron marihuana intensamente a lo largo de su vida presentaban mayores dificultades cognitivas. Además, este grupo mostró mayores índices de dependencia a la nicotina y el alcohol.
Dörr ha comprobado que esta realidad ya está presente en Chile. En un estudio publicado en 2024, evaluó a 20 escolares que dejaron de consumir marihuana durante seis meses. Mediante pruebas neuropsicológicas y tomografía NeuroSPECT, se observó que ciertas funciones de la memoria mejoraban, pero en otras áreas cerebrales no se evidenció recuperación.
Alto consumo de marihuana en escolares chilenos
Según el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA), Chile lidera en América el consumo escolar de marihuana, cocaína y tranquilizantes. La edad promedio de inicio en el consumo de cannabis es de 14 años, etapa en la que el cerebro aún está en desarrollo, lo que aumenta el riesgo de daños neurológicos.
Dörr comenzó sus estudios en 2006, cuando observó que sus pacientes escolares con consumo frecuente tenían notas más bajas y otros problemas de aprendizaje. Con un equipo multidisciplinario, comparó el rendimiento de escolares consumidores y no consumidores en pruebas de atención, memoria y concentración. Los resultados, publicados en 2009, fueron contundentes: los consumidores mostraron un desempeño significativamente inferior en habilidades cognitivas necesarias para el aprendizaje.
Evidencias científicas del daño cerebral
En 2013, Dörr y su equipo utilizaron por primera vez la tomografía NeuroSPECT en Chile para analizar los efectos del cannabis en el cerebro. El estudio reveló que las áreas relacionadas con la memoria, la atención y la concentración mostraban una menor actividad en los consumidores.
Con una muestra de 40 escolares consumidores y 40 no consumidores, se identificó que el consumo de marihuana afecta negativamente la organización del trabajo, la precisión, la planificación y la ejecución de tareas. También se observó daño en la corteza prefrontal, responsable de funciones relacionadas con la toma de decisiones y la conducta social.
Estudios internacionales, como el realizado por Madeline H. Meier en 2012, han mostrado resultados similares. En un análisis de 1.037 personas desde la adolescencia hasta la adultez, se evidenció que quienes consumieron marihuana de manera constante perdieron entre 8 y 10 puntos de coeficiente intelectual.
¿Cómo afecta la marihuana al cerebro?
La marihuana contiene más de 500 componentes, de los cuales entre 50 y 70 son cannabinoides que afectan el sistema nervioso central. Uno de los más estudiados es el THC, que altera la producción de dopamina y desregula los sistemas cerebrales encargados del equilibrio emocional y cognitivo. Esta desregulación puede causar paranoia, angustia y afectar la capacidad de aprendizaje y toma de decisiones.
A pesar de que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) ha aprobado algunos medicamentos con cannabinoides para enfermedades específicas, no existe consenso científico sobre su uso generalizado como tratamiento. Los estudios continúan evaluando su eficacia y efectos adversos.
Estrategias para reducir el consumo
Dörr advierte que Chile está en una fase crítica, similar a la de la industria tabacalera a principios del siglo XX, cuando el cigarro se promovía como beneficioso para la salud. La falta de políticas claras sobre la marihuana ha generado mensajes contradictorios, lo que dificulta la reducción del consumo.
La evidencia muestra que la legalización del uso recreativo no disminuye el consumo, sino que lo incrementa. En cambio, políticas restrictivas, como las aplicadas al tabaco, han logrado reducir su consumo a lo largo del tiempo.
Para enfrentar este desafío, es fundamental informar a la población con datos científicos confiables y promover el pensamiento crítico. La educación sobre los efectos reales del cannabis podría ayudar a disminuir su consumo entre los jóvenes y prevenir daños irreversibles en el desarrollo cerebral.